TEMA 10. ANÁLISIS "¿Un mundo diseñado por Dios?. La racionalidad del cosmos y la mente de Dios"

TEMA 10 DE 12

"¿Un mundo diseñado por Dios?. La racionalidad del cosmos y la mente de Dios"

• [Profesor: Físico y Dr. en Filosofía Lluc Torcal i Sirera]

«El hecho que la cultura de nuestro tiempo esté dominada por la ciencia significa que una teología interesada en desarrollar un fructífero entendimiento del mundo natural necesite desarrollar una investigación racional gracias a la interacción con las ciencias naturales. Este diálogo constructivo entre la ciencia y la teología debe tener en cuenta las reflexiones que nos ofrece la filosofía de la naturaleza, con el objetivo de encontrar consonancia y fructíferas relaciones entre ambas. ¿Es posible este diálogo constructivo? El diálogo es posible porque el conocimiento del mundo que nos ofrecen fundamentalmente las ciencias continúa siendo una vía que nos lleva hacia el Creador. En otras palabras, el mundo es inteligible y la verdad sobre el mundo no puede diferir según las disciplinas con las que se estudia o contempla (...)

Vuelve a ser Santo Tomás de Aquino quien nos iluminará en el camino para comprender la inteligibilidad del mundo. Según Santo Tomás, el mundo, en cualquiera de sus manifestaciones, se fundamenta en la mente de Dios, es decir, en el principio último de inteligibilidad. En otras palabras, la procesión causal de todo el ser de su Causa Universal es considerada por Santo Tomás como una emanación inteligible. Ésta es una de las cuestiones más difíciles en toda la historia de la teología de la Edad Media y también hace referencia a la especulación de los tiempos modernos. Dado que el mundo no se produce por casualidad, tiene que haber una idea o razón del orden universal que experimentamos. SantoTomás afirma que es Dios mismo y su sabiduría divina, quien es el ejemplo de todo: debemos suponer que estas ideas existen en Dios sin introducir ninguna multiplicidad, de modo que en realidad son solo una inteligencia. Esta afirmación está conectada con la afirmación de Santo Tomás que la sabiduría de Dios no es discursiva como la humana. Es sólo en sus manifestaciones inteligibles y no en sí mismas que las ideas de Dios se someten a una distinción y son distribuidas de acuerdo con un orden específico. La razón teológica es que la propia idea original es el Logos, el Verbo divino, que es también el modelo original de toda la creación y la razón de todo, y por esta razón es indiviso en sí mismo. De esta manera, se evita asumir una multiplicidad de ideas que sean coeternas con Dios como pensó por ejemplo Escoto Eriúgena. Por lo tanto, en la medida en que Dios se conoce a sí mismo, no sólo como es en sí mismo, sino también como el Ser del que participan las criaturas, Él genera formas como una posible participación de una criatura en particular a su perfección. Según Santo Tomás, lo que es uno y simple en Dios es múltiple y dividido en los seres finitos. Es por eso que Santo Tomás dice que esas formas plasmadas en el mundo finito muestran algunas similitudes con la unidad absoluta de la sabiduría de Dios, a la vez que puede afirmar que el mundo ha sido creado a semejanza de las formas inteligibles que se derivan de la mente de Dios. Esta emanación inteligible es lo que entendemos como la Creación.»

ASUNTO

- “¿Qué se entiende por: “no es el hombre quien debe adaptarse al universo, sino que es el universo que debe adaptarse al hombre? ¿Estás de acuerdo? "

ANALISIS (Piedad Restrepo V.)

INTRODUCCIÓN

En el marco de teorías vigentes para explicar el origen del cosmos y de la vida en todas sus expresiones, desde la forma más simple hasta la complicada existencia humana e inteligente, se hace evidente la incapacidad absoluta de la ciencia para demostrar lo planteado desde el Siglo XIX por Darwin y seguidores que, en el campo biológico, proponen como ciertas: la generación espontánea, la selección natural de las especies, y la aparición eventual y aleatoria de todo lo que existe. En la misma dirección, de aparición espontánea, se suman la mayoría de las tesis científicas de actualidad en astrofísica que sustentan causas fortuitas para la existencia de la materia, las fuerzas que la caracterizan, los tipos de energía que existen y el origen del universo, y declaran que el azar es la forma más adecuada para explicar el origen de todo lo que hoy vemos. Sin embargo, una revisión somera del estado de las ciencias permite concluir que, al contrario de lo esperado, lo que hoy se comprueba es la imposibilidad del azar para causar cualquier evento. Se identifican numerosos vacíos lógicos, teóricos y experimentales acerca del origen del cosmos, de la existencia o no de materia-energía antes del Big Bang, de la naturaleza de la materia en el momento de éste o durante los primeros “momentos” posteriores a la gran explosión. En síntesis, el mundo científico ha tratado de resolver un paradigma sobre el origen de la vida y del cosmos, centrado en la experimentación para la comprobación de las teorías Darwinistas y Neo-Darwinistas y, en astrofísica, las propuestas basadas en el indeterminismo cuántico, físico u ontológico de Heinserberg, o en los mismos principios de Newton. Nada de esto ha sido posible de demostrar experimental y universalmente, a pesar de lo que, sin evidencia, algunos sigan afirmando al respecto, después de más de un siglo de vigencia teórica. En respuesta a la encrucijada que se vive en las ciencias y, tal vez, afirmando lo propuesto por Thomas Kuhn para las situaciones paradigmáticas en el conocimiento, aparecen métodos alternos en el panorama de las ciencias, con complementos al punto de vista vigente racional científico, que admiten otras formas de conocimiento y argumentos desde la lógica y el razonamiento abstracto. De estas metodologías algunas se revisan en esta Lección, y se proponen como temas de análisis en la Fe Racional, y para la discusión o diálogo entre Fe y Ciencia, en la búsqueda de la Verdad sobre el origen del universo y de la vida, y las razones que lo sustentan.

Con las herramientas teóricas adquiridas mediante el estudio de la Lección 10 y anteriores, y la Doctrina Cristiana Católica, este escrito se propone examinar algunas teorías y principios que aplican diversos métodos para explicar el origen y las causas de la existencia de la humanidad y demás criaturas que hacen parte de este maravilloso universo, abundante en seres y en bienes naturales, gobernado por leyes perfectas que garantizan su estabilidad, hoy día habitado por más de siete mil millones de hombres. La importancia y propósito del estudio de estas metodologías radican en la oportunidad de encontrar las razones del hombre para trascender desde el conocimiento de este mundo material hacia el logro de un ser espiritual y moralmente perfecto, capaz de reconocer a Dios como su Creador y de comunicarse con Él, y de colaborar en el plan de la Creación, para la expresión total del Amor en el mundo, y en el cuidado del planeta. Este logro se propone acá como lo que realmente se espera del hombre, en su condición de ser humano único e inteligente, tal como se conoce hoy, para el que se excluyen las posibilidades de dependencia directa con algún tipo de “pre-especies”, o progenie no humana precedente, en el sentido evolucionista Darwinista. Para, finalmente, declarar cómo Verdad desde la razón y la fe cristiana que: el universo existe de manera tal porque se adapta perfectamente a la existencia del hombre, porque así y para ello fue creado, para sustentar la Creación y la permanecia en ella de la especie humana, en la cual el goce de Dios se hace evidente porque, como lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica: el hombre es la única criatura capaz de “(...) alabanza de la gloria de su gracia" (Ef 1,5-6): "Porque la gloria de Dios es que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios”.(...) “Es una verdad fundamental que la Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de celebrar: "El mundo ha sido creado para la gloria de Dios" (Concilio Vaticano I: DS 3025). Dios ha creado todas las cosas, explica san Buenaventura,(...) “no para aumentar su gloria, sino para manifestarla y comunicarla" (...) Porque Dios no tiene otra razón para crear que su amor y su bondad”).

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