TEMA 2. ANÁLISIS: “¿La Creación en 7 días o en 14.000 millones de años?”



PREGUNTAS FUNDAMENTALES EN CIENCIA Y FE. ANÁLISIS 2 de 12 “¿La Creación en 7 días o en 14.000 millones de años?”

  • TEMA 2 de 12.
- Génesis 1-3. ¿Creación en 7 días o en 14.000 millones de años?
(Profesor Armand Puig i Tàrrech)
“Muchas personas están convencidas de que las afirmaciones de la Escritura se encuentran en contradicción con la cosmovisión que propone la ciencia. A menudo se piensa que los textos de la Biblia, sobre todo los que hablan de la creación del mundo (Génesis 1,1-2,4a), no aportan datos científicos y, por tanto, no pueden ocupar un lugar en la cultura actual. Igualmente, en relación a la creación del ser humano (Génesis 2,4 b-3, 24), se toman distancias frente a un relato que es calificado, peyorativamente, de «mítico» —se quiere comprender esta palabra en el sentido de «fantasioso» o «falto de veracidad», oponiéndolo a «científico», es decir, «comprobable» y «verdadero»—. Se acusa, pues, el texto bíblico de contener un relato arcaico que se contradice con las ciencias físicas y biológicas actuales, ya que presentaría la realidad creada como el resultado de la acción directa e inmediata de Dios...
... En consecuencia, hay que respetar la verdad religiosa de Génesis 1-3, es decir, las verdades de fe que se encuentran en sus páginas, la más importante de las cuales es formulada así en el Credo: «Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles». Interpretando este primer artículo de la fe en términos de la física contemporánea, diremos que Dios está en el origen de la realidad visible y de la realidad invisible, es decir, tanto de la materia normal (el cinco por ciento de la densidad de la energía) como de la materia oscura (un veinticinco por ciento) y de la energía oscura (el setenta por ciento restante). Dios se halla en el origen de un universo en expansión, acelerada o no. No hace falta, pues, propugnar el llamado «creacionismo bíblico» (los siete días de la creación corresponderían a siete épocas del origen del mundo) ni las teorías del Diseño Inteligente o Intelligent Design. Tan solo hay que leer el texto bíblico desde la autonomía y armonía entre ciencia y fe.
Notemos que el universo inmenso, el cosmos sin límites conocidos, queda como recogido en la extraordinaria vitalidad de un solo ser humano, aquel por el que Jesús, el Cristo, ha muerto en la cruz, redimiendo así el universo entero. Esta es la verdad salvadora que la ciencia no puede más que respetar y que la fe debe presentar teniendo en cuenta los resultados científicos. La verdad salvadora es la que la Sagrada Escritura contiene y ofrece a todos aquellos que se acercan a ella. El texto de Génesis 1-3 da unas claves de comprensión que permiten ver en lo creado el designio de amor de un Dios que ha diseminado este amor por toda su obra. «Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno» (Génesis 1,31).”
  • PREGUNTA
- ¿Es verdad que las afirmaciones de la Escritura en Génesis 1 y 2 se encuentran en contradicción con la cosmovisión que propone la ciencia?
  • RESPUESTA (Piedad Restrepo V.)
Introducción.
El resumen del capítulo, tres de esta Segunda Lección, compila el pensamiento que me es afín y hago de ello el marco dentro del cual espero lograr responder a esta pregunta de base, según mi opinión, para los dos cuestionamientos arriba enunciados: ¿Hay contradicción entre la Escritura en el relato del Génesis 1-2 y la cosmovisión científica? En en lugar de responder sí o no, como se esperaría, mi respuesta se orienta a mostrar que en la mayoría de los casos, la Escritura y la cosmovisión científica ni siquiera se encuentran para contradecirse, pues la situación es tal que cada una va por un camino paralelo a la otra, utilizando herramientas y métodos que no se interceptan para nada y en nada.
Ni en la pregunta ni en la respuesta haré referencia al tiempo, como elemento de análisis, porque no tengo claridad sobre cómo deducir este concepto cuando se trata de periodos separados por una enorme magnitud con referencia a la vida promedio de un ser humano. Tampoco podría comparar su dimensión en dos momentos tan distantes entre sí, como son el tiempo en el origen del universo y de la vida, y el tiempo actual, cuando observo la Creación en presente y mido los procesos en una escala incomparablemente pequeña.
La Verdad, a la que adhiero, aparece en la síntesis de los textos de la Segunda Lección en la descripción de la Creación como una obra bella y útil porque tuvo su origen en el amor, que se puede leer a profundidad para entender que las cosas creadas están al alcance del hombre, tal que sea factible su supervivencia, el dominio de los seres vivos y la multiplicación adecuada de la vida. Se describe la Creación como un gran mapa abierto, preparado cuidadosamente por Dios, en el que el hombre traza rutas para dar respuesta al proyecto inicial de Aquél que la creó por amor. Se asegura que el mundo y el universo entero se encuentran en continuo movimiento de acuerdo con los principios con los que fueron modelados por Dios. Se resalta en la conclusión el final del Primer relato de la Creación en la Biblia, que dice: "Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno" (Gn 1,31).
En otro sentido, la Lección presenta a la ciencia como la respuesta a una invitación permanente a constatar la pequeñez del ser humano y la bondad de lo creado. Sin embargo, aquí se plantea el punto de vista por el que la ciencia moderna, principalmente la ejercida por científicos ateos, soberbios y engreídos de sí mismos, parece abundar en tesis, conclusiones y planteamientos que no solo se oponen al Plan Divino sino que pretenden contradecirlo, o incluso ignorarlo, lo cual se observa en el análisis de algunos métodos que se aplican y se corrobora con ciertos usos que se dan a algunos de sus descubrimientos y/o tecnologías derivadas de los mismos. De ahí que aparece una sociedad regida por leyes antagónicas al Plan de Dios y al amor de la Creación, tales como las que regulan el aborto, la eutanasia, el control natal por diferentes medios, la explotación de las riquezas naturales a destajo y aquellas que mantienen la inequidad económica y, por lo tanto, mínimas oportunidades de inserción social para los más pobres.
El siguiente texto, no pretende desarrollar la contradicción entre Escritura del Génesis y la cosmovisión científica, sino la existencia entre ellas del paralelismo negativo para la perfección del hombre, como bien al que debe tender. Para ello, se presenta la riqueza de textos católicos como sustento de la Obra de Dios en la Creación del Universo y de la Vida en la tierra, entre los que se citan apartes de la manifestación de la Palabra de Dios, a través de su Hijo y del Espíritu Santo, según el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, con base en estos los Principios de Fe descritos en los primeros capítulos del Catecismo de la Iglesia Católica. Se traen algunas consideraciones de Su Santidad Benedicto XVI sobre el movimiento filosófico y teológico modernista de la “Ilustración” y el propósito de ésta de solo reconocer a Jesucristo desde la Historia, que trata de despojar a Jesús de la Divinidad y a la Iglesia de los desarrollos teológicos a través de los cuales se ha consolidado su Magisterio durante 2000 años. Finalmente, se presentan conceptos generales relacionados con la corriente actual sobre la cosmovisión científica, expresados por el científico Stephen Hawking, físico ateo de reconocido prestigio, que aparecen enunciados en un libro de su autoría ampliamente difundido desde 2001.
En resumen, en este texto no se demostrarán contradicciones entre el Conocimiento de la Creación del Universo y la Existencia de la Vida, a través de la Fe o de la Ciencia, sino que se mostrará el alejamiento de la Fe Bíblica de aquellos científicos que solo confían en la razón aplicada al funcionamiento del universo, limitando así su mente y, por ende, negándose a la sabiduría misma que comprende necesariamente la conjunción de la mente y el espíritu.
Continúa en:
En: https://drive.google.com/open?id=0B9qGNmzMWMMnTHVoUGVOQjJydDQ

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